La empresa ferroviaria desestima el soterramiento de las vías de tren
En Alfafar y Sedaví, dos localidades limítrofes de Valencia, se encuentra uno de los pasos a nivel más peligrosos España. Allí han tenido lugar varias muertes a lo largo de los años. Tanto la población, como diferentes organizaciones que luchan por los derechos de los vecinos, como la alcaldía, han intentado hacer todo lo posible para soterrar estas vías. Desde los años 80 hasta la actualidad, se han llevado a cabo numerosas manifestaciones pacíficas y algunas de ellas han acabado con varios detenidos. Las diversas alcaldías de los pueblos de l´Horta Sud han mantenido reuniones para solucionar el problema, pero la empresa pública Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) se ha negado constantemente a cualquier cambio y ha hecho oídos sordos.
El ministerio de fomento aprobó en 2001 la desviación de la ruta para comenzar el soterramiento de las vías del tren a su paso por Alfafar, pero no se llegó a aplicar por falta de presupuesto. Después, hay que esperarse hasta 2011, cuando Juan ramón Adsuara toma la alcaldía de Alfafar en busca de retomar el proyecto de las vías. Se reunió en 2014 con el ministerio de fomento para presentar los mismos papeles que se presentaron hace 20 años. Pues el alcalde afirma que durante estos últimos 8 años Adif no ha hecho nada para facilitar la construcción de una vía subterránea.
La última negociación se llevó a cabo el 26 de febrero, en esta, ADIF se opuso al soterramiento de las vías y a cambio propuso instalar paneles acústicos de 5 metros de altura. Esto no soluciona el problema de la movilidad, ni siquiera el problema acústico, ya que, según varios arquitectos municipales, crea un efecto eco que haría que por encima de esa altura se escuchara más alto. Juan Ramón Adsuara, apunta: «En el pasado, sugerimos una alternativa, con un informe y un estudio que costó al ayuntamiento de Alfafar casi 50.000 €. Tal y como ADIF y RENFE habían hecho en municipios de Andalucía, ofrecimos hacer una colaboración público-privada con unos fondos llamados Jessica, gestionados íntegramente por la alcaldía, pero el Ministerio nos negó esta posibilidad».
Según el mismo alcalde, después de llevar a cabo varias reuniones con técnicos y representantes de ADIF, ellos mismos admiten que el paso entre Alfafar es el más peligroso de todo el Estado. Esto se debe a varios factores, de los cuales destacan la gran cantidad de personas y vehículos que lo cruzan y a una alta frecuencia de trenes que pasan por estas vías, alrededor de 250 al día. El deterioro de este paso hace que frecuentemente aparezcan averías y que los técnicos estén en constante revisión debido al peligro que supone.
Otro inconveniente es que estas vías cortan la ciudad por la mitad, lo cual, en caso de emergencia, puede restar eficacia a los vehículos prioritarios como pueden ser los bomberos, las ambulancias y la policía. Juan Ramón Adsuara afirma: «ADIF propone gastar 2.000.000 € para hacer un paso peatonal por la parte de abajo del paso a nivel, pero el paso a nivel se sigue quedando. Dijimos que eso no es ninguna solución, todavía nos aísla más porque nos ponen muros en las calles y no puede ir el tráfico rodado».
Todas las quejas de la ciudadanía de Alfafar se sostienen también con incumplimientos legales de la empresa Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. Existe una ley europea de accesibilidad y movilidad sostenible y también una ley europea de nivel acústico, las cuales esta empresa no ha tenido en cuenta en este caso. Según el alcalde de Alfafar, los representantes de la empresa han reconocido que «les ha pillado el toro» con esta normativa tanto en cuanto al cumplimiento del mantenimiento del paso a nivel y el nivel de decibelios de las bocinas del tren. Por lo que, si no se toman cartas en el asunto, Juan Ramón Adsuara está dispuesto a llevar a ADIF al Tribunal Europeo.
Este conflicto entre la ciudadanía y la empresa pública de ferrocarriles tiene una larga historia. A lo largo de este tiempo, se ha intentado hacer de todo, pero como se observa, no se ha obtenido resultados. ADIF no expone ninguna justificación a todos los problemas citados, es por ello que Juan Vicente Ramón, estudiante del Máster en Comunicación Política y fundador de la Asociación Vecinal de Sedaví intenta explicar desde el punto de vista de la empresa de ferrocarriles, por qué no se toman cartas en el asunto: «Yo creo que el proyecto del corredor mediterráneo no tiene interés en cubrir estas zonas porque supone un gasto económico y al final pudiendo gastar dinero en otras cosas más relevantes para ellos o que les pueda dar una mejor imagen de cara a una ciudadanía más amplia como puede ser la de Valencia o la Comunidad Valenciana, no les vale la pena hacer un desembolso económico en esto». Si se contrasta esta información con la proporcionada por el alcalde de Alfafar, se llega a la conclusión de que esta no es una causa, ya que la alcaldía ha propuesto el remedio de los fondos público-privados que ellos mismos querían gestionar para realizar el soterramiento.
Otro de los problemas acústicos aparece cuando los trenes activan la sirena para anunciar que pasan, esto es obligatorio según la normativa ferroviaria. Isidro García, vecino de Sedaví, vive al lado del paso a nivel, expone: «El problema ya no es tanto de día, sino de noche, porque hay personas mayores, niños o enfermos descansando. Con un pequeño túnel se solucionarían los problemas porque los vehículos y las personas podrían cruzar y el tren no tendría, ya que pitar».
Las localidades de Benetússer, Alfafar, Sedaví y Massanassa han reunido fuerzas para volver a empezar a las movilizaciones de hace 40 años. El primer paso es crear una asociación vecinal unificada y presentarse en el paso a nivel a protestar una vez al mes. Después conseguir llamar la atención de los medios de comunicación para que conozcan los años de lucha de los vecinos por conseguir soterrar las vías.
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