Karima Minout. Castelló
La sociedad española experimenta un cambio en la salud mental desde la llegada de la pandemia. Son muchos los factores que afectan a la salud mental de las personas, entre los cuales encontramos la llegada de la pandemia de la COVID-19 como uno de ellos. Para entender el impacto que ha tenido en la salud mental en los últimos años, hemos de remontarnos a los años previos a su llegada.
Según la Encuesta Nacional de Salud de España de 2017, los niños más pequeños reflejaron problemas de conducta e hiperactividad. En edades más avanzadas, a partir de los 15 años, uno de cada diez señaló que fue diagnosticado de algún problema de salud mental. Es en esta generación, la más joven, donde predomina la ansiedad.
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Yaritza Marisol, joven estudiante de 22 años. Sufre ansiedad desde hace 3 años.
En la edad adulta, el 6,7%, sufre de ansiedad crónica, así como incapacidad de dejar la preocupación a un lado. Respecto a la tercera generación, tres de cada diez personas mayores a 65 años reflejaron grados de deterioro cognitivo. Estos trastornos afectan generalmente a las funciones cognitivas de la memoria, la resolución de problemas y la percepción.
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Puri Maza, de 52 años, sufre de ansiedad crónica.
En el otro lado de la balanza tenemos la llegada de la Covid-19 y la forma en que ha afectado a las mentes. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el comienzo de la pandemia ha provocado que un 6,7% de la población española haya decidido acudir a un profesional de la salud mental. La mayoría de las personas que acuden a profesionales lo hacen por ansiedad y depresión, con un 43,7% y 35,5% respectivamente.
El hecho de estar encerrados en casa, provocó ataques de pánico, tal y como manifiesta el 30% de la población. Junto a la ansiedad, la preocupación ha sido uno de los principales factores, ya que más del 50% afirma no ser capaz de controlarla.
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María Ruiz Carrique, de 79 años, sufre problemas cognitivos que le afectan a la memoria.
El confinamiento duradero, a lo largo de tres meses, deja datos en los que entre el 15% y el 18% ha sufrido preocupaciones más de la mitad de los días que duró el encierro en casa. En la generación más joven se produjo un aumento de pensamientos suicidas entre un 8% y 10%, siendo estos mismos jóvenes quienes más han visitado a profesionales de la salud mental. Además, el 12,6% de la generación de padres y abuelos que convive con sus hijos y/o nietos afirma haber buscado ayuda profesional para los más jóvenes.
Un factor importante en el trato de la salud mental es la medicación, siempre y cuando un profesional la dictamine. En el caso de las personas mayores 65 años, la ingesta de tranquilizantes, relajantes y pastillas para dormir aumentó, siendo una de cuatro personas las que consumían (25,9%). Además, uno de cada diez tomó antidepresivos (10,4%).
Así, la llegada de la pandemia y el confinamiento han producido un aumento significativo de problemas de salud mental en todas las generaciones. De forma general, se ha producido un aumento en los niveles de ansiedad y estrés, además de una disminución de optimismo y confianza, tal y como afirma el 44% de la población española. Estos son algunos de los factores que han afectado a la población más joven y por lo mismo es la generación que más casos ha reportado de problemas de salud mental como consecuencia de la COVID-19.
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