Los jóvenes son a los que más afecta los factores sociales
Carolina Cruces/ Castellón
Los trastornos de salud mental son un problema que abarca todas las edades y etapas de la vida humana. Cada momento de la vida de una persona puede desarrollar diferentes tipos de enfermedades mentales. Desde la infancia hasta la vejez, los factores externos como: la sociedad, la familia o el trabajo hacen que las personas tengan complicaciones para tener una salud mental buena. Los principales trastornos que se comienzan a experimentar son la ansiedad, la depresión e insomnio. Pero la etapa en la que más se ve afectada una persona por la sociedad es la edad joven o adolescente. En estos primeros años de la vida es dónde los jóvenes comienzan a asentar su futura persona adulta, pero se enfrentan a la continua necesidad de encajar en los cánones sociales y esto se presenta para ellos como algo imprescindible.
Varias fuentes entrevistadas coinciden en que la primera vez que se encontraron de cara con problemas serios de salud mental fue alrededor de los 15 y 18 años. Nadia Herández es un testimonio que afirma comenzar a ver su problema de ansiedad a los 18 años, ya que comenzaba a presentar cansancio constantemente. El testimonio de Nadia Hernández es un ejemplo de que los médicos en muchas ocasiones no pueden llegar a percibir que una persona tan joven padezca de ansiedad, y así lo relata la joven: “El médico tan solo me recetó pastillas para dormir, pensaba que estaba nerviosa y algo inquieta”.
La salud mental todavía continúa siendo un tabú, pero sobre todo cuando hablamos de la ansiedad en los jóvenes, ya que tan únicamente el 19% de los adolescentes piden ayuda médica cuando sufren de ansiedad. Esta cifra es muy baja, comparada con los datos que se conocen tras un estudio realizado por el Consejo Valenciano de Juventud, porque el 46,5% de los jóvenes aseguran haber sufrido de depresión, el 80% estrés y el 73% ansiedad. Cifras preocupantes que han crecido tras el paso de la pandemia.
Las razones de que la etapa más temprana de la vida sea una de las más perjudiciales para la mente de los adolescentes son los factores sociales, ambientales y económicos. En estas edades comienza el acceso a las drogas, así como el cannabis. La sensación de euforia y evasión de la realidad que produce esta sustancia puede parecer a simple vista algo llamativo, pero el efecto dura poco y engancha, produciéndose trastornos peores a largo plazo. El desplazo en las aulas, el aislamiento del adolescente, la mala educación proporcionada por la familia, la mala posición social y hasta las redes sociales, son solo unos de los muchos factores que ejercen presión sobre el joven adolescente.
Los psicólogos informan sobre la importancia de saber que un ataque de ansiedad es muy diferente para cada persona, cada uno siente cosas diferentes, no existe un manual dónde se explique explícitamente qué es un ataque de ansiedad. Las situaciones de estrés se generan por anticiparse al futuro o cuando pensamos en el pasado (en muchas de las ocasiones).
También comentan que en situaciones de depresión la familia puede ayudar con mucha paciencia y apoyando al familiar que lo padece, pero que no pueden hacer mucho más allá. Y afirman que lo más sensato es que se acuda al psicólogo, que ahí está la verdadera ayuda. Los psicólogos destacan la importancia de no animar a los adolescentes con frases como: “venga hijo que tú puedes”, porque lo cierto es que no puede, lo que necesita es ser escuchado y ayudado por un profesional en salud mental.
Para los padres de los adolescentes es necesario prestar cierta atención en los hijos cuando muestran síntomas de depresión, de ansiedad, de consumo de sustancias, de trastornos alimenticios e incluso de intencionalidad de suicidio, dado que son los dos trastornos más comunes en la etapa adolescente. Y que si se observan estos trastornos es necesario acudir al programa de Atención a la Salud Mental Infanto-Juvenil de cada Comunidad Autónoma. En este programa se ofrecerá atención hospitalaria o incluso atención a domicilio. También tienen psiquiatría y reinserción en la sociedad.
Es muy importante una buena educación en el entorno familiar, sobre todo respecto al trabajo de los psicólogos y los estigmas que se crean en la sociedad. Es relevante que las familias normalicen el asistir regularmente a un especialista en salud mental, dando igual tu edad o tu situación. Los psicólogos son profesionales que están ahí para prestar ayuda.
Los padres de los jóvenes deben de observar de cerca a sus hijos, dado que en esta etapa de la vida aparece el desarrollo personal, y los factores sociales afectan mucho más, provocando ansiedad, estrés, insomnio o incluso actitudes violentas. La falta de autoconocimiento y la mala gestión de las emociones, pueden desencadenar en una serie de comportamientos perjudiciales para la salud mental de los adolescentes. El papel de los padres es fundamental. Los adolescentes tienen muchos problemas de inclusión social y los padres pueden jugar un papel positivo, o, por el contrario, negativo que agraven sus problemas a escalas mayores.
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